"Tener una huerta no es un capricho. Es una iniciativa que habla de un modo de encarar muchos aspectos de nuestra vida, desde el contacto con la tierra y el cuidado de nuestra salud, hasta los sabores de la mesa familiar.
Si bien es cierto que siempre será más fácil comprar en la verdulería o en el supermercado, nada se compara con el placer de ir descubriendo poco a poco nuevos sabores y colores, con la alegría de ir tomando el ritmo de la naturaleza. Nuestra huerta comenzará a ser parte de la familia porque, en mayor o menor medida, sus frutos ofrecen un placer y un sabor únicos.
Antiguamente, la huerta estaba ubicada sin excepción en un sector oculto y perdido del jardín, bajo el falso concepto de que era un lugar de trabajo sin ningún valor estético. Hoy, gracias a sus variados diseños que se adaptan a distintas situaciones, ya que están hechas con materiales diferentes y para todos los gustos, han demostrado que, lejos de ser espacios para ocultar, pueden estar cerca de la casa, en un rincón con sol al que todos tengan fácil acceso para hacer su pequeño aporte." La huerta fácil, ediciones Jardín.